viernes, 27 de agosto de 2010

Jefe de los Inferiores

La cerviz en taza se sentó a la mesita de café.
Tratamos de no mirar,
como nuestras pupilas lo harían
freídas por su luminosidad.
Quizá mi ex-mujer lo dejó
como un recordatorio del tiempo
cuando los seres humanos tenían caderas,
hace mucho cuando teníamos cuerpos.
Sí, era divertido -una torta de taza de brisa
desintegrándose sobre nuestras mejillas,
un muffin de banana desvistiéndose
en nuestras narices,
pero los cuerpos se rompían también,
y las cosas son más fáciles ahora.
Extraño, como vemos más lejos
sin globos oculares.
Nuestros ojos nos engañaron para pensar que
una pared era algo que no podía verse a través.
Las bocas se pusieron en el camino
al decir lo que necesitaba decirse.
Cuando ellas fueron inventadas
se suponía que las bocas eran
para ser usadas en emergencias,
pero no pudimos resistir,
lo que volvió a dios tan loco
que desgarró nuestra oreja por la mitad,
y todavía no escuchamos.

Jeffrey Mac Daniels

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