viernes, 27 de agosto de 2010

Hijo de Puta!

Tengo tantos agravios que espetarte,
tanta rabia acumulada,
tanto despecho en el pecho,
tanta injuria que enrostrarte,
que aquí me voy ahogando
mascullando indecibles improperios,
rumiandote el seguro insulto,
estibando excrementos satelitales
y se va pudriendo mi planeta.

Porque lo que has hecho
es innombrable,
la porquería más bizarra,
el peor de los engaños
para esta mujer tan hembra y culta

Has sido el más rico miserable
al jurarme amor eterno y sin metas
cuando el amor jamás es juramento,
sólo es instantes paupérrimos
que van a tu boca y los exhalas...

Esta declaración tan magnífica pertenece a Sebastián Slobodjanac Iparraguirre, pero me viene fantástica para dedicarla a unos cuantos. Ellos saben quiénes son. . . .
Algunos quizas no la lean, pero me sirve. . .

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