sábado, 28 de agosto de 2010

Flores Robadas

La poesia que posteo es de Gioconda Belli, robada de un perfil de una página de contactos "hot" (créase o no, pero es asi). Gioconda nació el 9 de Diciembre de 1948 en Managua, Nicaragua. Poeta y novelista, iniciadora de la renovación de la poesía de Nicaragua, junto a Ernesto Cardenal y Claribel Alegría. Fresca, vitalista, franca y profundamente personal, Gioconda Belli tiene un estilo que escapa a cualquier corriente o escuela. Erótica, feminista y revolucionaria, su voz sincera es un salto hacia el mundo. Decidida a rescatar el lugar de la mujer, la obra de Gioconda Belli plasma la incesante búsqueda de la identidad femenina y el encuentro con la conciencia social, a través de la actitud revolucionaria. En sus últimos trabajos también habla sobre los cambios políticos y sociales de su patria. Para muchos, Gioconda Belli no sólo es una de las mejores poetas de la actualidad, sino también una de las grandes poetas del mundo.

I
Recorrer un cuerpo en su extensión de vela
es dar la vuelta al mundo
atravesar sin brújula la rosa de los vientos
islas golfos penínsulas diques de aguas embravecidas .
No es tarea fácil - si placentera -
No creas hacerlo en un día o noche de sábanas explayadas
hay secretos en los poros para llenar muchas lunas.

II
El cuerpo es carta astral en lenguaje cifrado.
Encuentras un astro y quizá deberás empezar
corregir el rumbo cuando nube huracán
o aullido profundo
te pongan estremecimientos,
cuenco de la mano que no sospechaste.

III
Repasa muchas veces una extensión;
encuentra el lago de los nenúfares,
acaricia con tu ancla el centro del lirio.
Sumérgete ahógate distiéndete
no te niegues el olor la sal el azúcar.
Los vientos profundos cúmulos nimbus de los pulmones,
niebla en el cerebro,
temblor de las piernas,
maremoto adormecido de los besos.

IV
Instálate en el humus sin miedo al desgaste sin prisa
no quieras alcanzar la cima.
Retrasa la puerta del paraíso,
acuna tu ángel caído, revuélvele la espesa cabellera con la
espada de fuego usurpada,
muerde la manzana.

V
Huele,
duele
intercambia miradas, saliva imprégnate,
da vueltas, imprime sollozos piel que se escurre
pie hallazgo al final de la pierna,
persíguelo busca secreto del paso forma del talón
arco del andar bahías formando arqueado caminar,
gústalos.

VI
Escucha caracola del oído
como gime la humedad,
lóbulo que se acerca al labio sonido de la respiración.
Poros que se alzan formando diminutas montañas,
sensación estremecida de piel insurrecta al tacto,
suave puente nuca desciende al mar pecho,
marea del corazón susúrrale,
encuentra la gruta del agua.

VII
Traspasa la tierra del fuego, la buena esperanza
navega loco en la juntura de los océanos,
cruza las algas, ármate de corales ulula, gime,
emerge con la rama de olivo,
llora socavando ternuras ocultas,
desnuda miradas de asombro,
despeña el sextante desde lo alto de la pestaña,
arquea las cejas abre ventanas de la nariz.

VIII
Aspira, suspira,
muérete un poco,
dulce lentamente muérete,
agoniza contra la pupila, extiende el goce,
dobla el mástil, hincha las velas,
navega, dobla hacia Venus,
estrella de la mañana
- el mar como un vasto cristal azogado -
duérmete náufrago.

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